Evolución de la calidad en la industria vitivinícola

Por Carina V. Gómez

Como ya he explicado en otros artículos, las bodegas nunca fueron concebidas como parte de las industria alimenticia, entonces todos los requerimientos de seguridad alimentaria no se tenían en cuenta.

a partir del 2002, donde la convertibilidad favoreció las exportaciones, la posibilidad de estar presentes en el mercado internacional aumentó exponencialmente. Sólo aquellas empresas que visionariamente habían comenzado a pensar en la calidad como un elemento diferenciador y de competitividad frente a los consumidores, pudieron estar presentes en USA y UE (mercados con restricciones para arancelarias).

Aquellas empresas que además de sufrir la debacle del 2002, tuvieron que cambiar el sentido y la cultura de producción y comercialización para poder subsistir. La única salvación fue comenzar a exportar pero para ello era necesario poder demostrar y garantizar calidad de producto (con todos lo que ello implica) y servicio.

Los argentinos, nunca hemos sido considerados muy serios en ojos de otros países, y era necesario tener una imagen fortalecida de seriedad, de cultura de trabajo consciente, garantías de seguridad de producto y servicio. Llevó tiempo dentro de las empresas internalizar estos conceptos. actualmente creo que hay muchas empresas que todavía no lo entienden. Este cambio cultural desde dentro de las organizaciones está costando mucho sacrificio poder mostrarlo hacia los consumidores internacionales, esto solo se puede mostrar con transparencia, y seriedad.

La única manera de competir además de por buenos productos y precios, era demostrar confianza en la mera de producir, garantizar calidad y lo mas importante aun es la consistencia en el tiempo (vender siempre lo mismo manteniendo la calidad).

Por todo esto, y para que las barreras para arancelarias no fueran un motivo de frenar las exportaciones por los países poderosos en los mercados competitivos, las bodegas comenzaron a certificar sistemas que en su esencia gestionaran y coaccionaran los sectores de la empresa en pos de garantizar calidad, seguridad, servicio, costos competitivos, fortalecimiento de marcas, fortalecimiento de marca país, etc.

Haciendo análisis de las situaciones, la mayoría de las empresas comenzaron a certificar sistemas de gestión de calidad desde los más básico, hasta lo mas complejo.
La escalera mas recomendada dentro de los sistemas de calidad en la industria alimenticia es:

• Implementación de POES



• Implementación de BPM



• Identificación y análisis de peligros de puntos críticos de control



• British Retail consortium



• IFS



• ISO 9001:2000



• ISO 22000:2005



• Eurep gap



• Trazabilidad
  

Muchas de las bodegas en vez de seguir esta escalera lógica de crecimiento y fortalecimiento dentro de la misma empresa, quisieron acortar camino implementando cualquiera de las ISO. Esta situación trajo demasiadas tensiones dentro de la industria en el exterior, dado que muchos de los requisitos que los clientes tenían no eran evaluados con el criterio de la inocuidad alimentaria, sino de la gestión en si de una organización. Algunas bodegas tuvieron que desandar caminos y reformular nuevamente los sistemas.

En mi opinión creo que las organizaciones vitivinícolas no estaban preparadas para dar un cambio de 360°. Hacer un cambio de esta naturaleza implica que todas las partes integrantes de la organización se encuentren alineadas bajo el mismo concepto y que todas actúen bajo ese mismo fin. Por lo tanto producción, logística, elaboración, agrícola, recursos humanos, administración, comercial, ventas, marcketing, planificación, calidad, abastecimiento, no pueden pensarse como sectores o islas independientes de la empresa. Cada una tendrá sus objetivos específicos que cumplir pero dentro de un plan maestro de gestión todas deben responder a ser efectivos y eficientes en la comercialización de productos en el exterior cumpliendo con los requerimientos que cada mercado tiene.

En el año 2005, el INV lanzó un programa para las bodegas PYMES donde el gobierno subsidiaba a las empresas que implementaban algunos sistemas de gestión de Calidad, se capacitaron muchas personas en todos los sectores vitivinícolas desde Salta hasta Río Negro, dando buenos resultados. esto implicó que muchas bodegas pudieron certificar y exportar a mercados externos.

En síntesis:
La clave de permanecer en mercados altamente competitivos es tener consistencia como empresa, y demostrarla con la calidad de los productos.

La consistencia se logra organizando todos los sectores de la organización, con objetivos claros, realizando planes maestros de planificación, midiendo y monitoreando la información, adaptando los planes en caso de ser necesario.

La consistencia de que los planes estén bien alineados tiene que ver con la permanencia en el mercado, la satisfacción de los clientes, la ausencia de quejas, precios competitivos, fortalecimiento de una marca país como proveedora de calidad internacional, y con las políticas comerciales, económicas financieras de cada país.

La única manera de cumplir con todos las estas partes es pensar en una idea de Gestión planificada de la calidad, esto es:

• Definir los objetivos macro y micro,



• Conocer los mercados a los que voy a enfrentar,



• Conocer los requisitos que debo cumplir,



• Analizar la factibilidad de cumplimiento con los recursos existentes,



• Reformular estructuras, procesos, procedimientos,



• Definir una planificación orientada al logro de objetivos claros y concretos,



• Establecer las estrategias (macro y micro) para el logro de los objetivos,



• Poner en marcha el plan,



• Monitorear frecuentemente el cumpliemiento de los objetivos.

Para cualquier empresa cumplir con un programa de Gestión planificada de la Calidad, no es una tarea sencilla. Pero es una tarea importante si se quiere hacer bien el trabajo ser una organización ordenada, organizada, con costos controlados, objetivos claros y es la clave para permanecer en los mercados más exigentes.