Ciclo de vida de la Industria Vitivinícola

Por Carina V. Gómez
En el contexto de un plan estratégico de negocio, para la industria vitivícola, se desarrolla este análisis del ciclo de vida de la Industria Vitivinícola.
Este ciclo de vida podría tener dos miradas que en algún sentido estas se conectan.
1° relacionada con el análisis del mercado interno, y la 2° comparada con el mercado internacional.
Analicemos algunos datos que se desprenden del estudio del Plan estratégico 2015.
Se observan cambios fundamentales sobre la demanda de vino en el mundo.
Francia, Italia, España, Portugal y Argentina representan los 5 productores más importantes en volumen de vino. El vino argentino solo representa el 1% del vino consumido a nivel mundial.
Reino Unido, Alemania, Bélgica, Holanda y los países de la península escandinava aumentaron el consumo de vinos en más de un 15% alcanzando un consumo de 36 millones de hectolitros de vino.
Los cambios o aumentos se debieron a cambios cualitativos en las modalidades de consumo por sustitución de consumo en vinos básicos por vinos de mayor calidad, agua, gaseosas y jugos.
Países del norte de Europa y América del Norte sustituyen al consumo del aguardiente y cerveza por vinos de calidad.
El consumidor demanda vinos más sanos, saludables y seguros. Lo que hace imperiosa su gestión de normas de calidad certificadas.
El consumo de vinos básicos solo está concentrado en los países productores tradicionales.
El aumento de la demanda de vinos de calidad es muy fuerte en la gama de precios intermedios, correspondientes a los segmentos Premium y súper Premium, asociados con la aparición de un segmento de bebedores denominados aspiracionales representados por jóvenes profesionales, para los cuales el vino es un accesorio que adorna su estilo de vida urbano.
Conclusión: uno de los elementos esenciales para definir la estratégia acertada para la vitivinicultura argentina es planificar la oferta en función de las necesidades del consumidor. En este sentido, los análisis indican la necesidad de profundizar la reconversión hacia vinos de alta calidad, varietales y tintos, con envases atractivos y con adecuados mensajes publiciatarios y promocionales que respondan a las expectativas de los consumidores.
Es necesario detectar segmentos de mercado que crecen en cada país para focalizar en ellos los máximos esfuerzos.
En el mercado argentino la disminución de bebedores tradicionales de vinos básicos, que representa el 76% del mercado es una debilidad que señala la insuficiente adecuación de la industria hacia la demanda. Los sectores de bebidas como jugos, gaseosas y cervezas que compiten por precio se convierten en competidores muy difíciles.
Son muchos los desafíos a los que enfrenta la industria vitivinícola argentina para dar respuesta a una demanda que cambia con la misma orientación, tanto en el mercado externo como en el interno.
El sector vitivinícola argentino viene transformándose en sintonía con esos cambios demostrando una capacidad y organización que le permitirá alcanzar mayores niveles de competitividad en el futuro. Consecuentemente con esto, el ciclo de vida de los productos se acorta debido a que los hábitos de consumo están influenciados por la moda.
Si observamos el gráfico podríamos decir que la industria en el mercado interno atraviesa la etapa de expansión, pero asediada por los cambios fundamentales de consumo, lo que implica un repensar nuevamente para ser competitivos en vinos de calidad a precios competitivos, atractivos para los consumidores del segmento de 1° precio.
Comparando el ciclo de vida a nivel internacional, podríamos decir que nos encontramos en la etapa de formalización, donde debe haber un entendimiento fundamental del negocio y de las necesidades de los consumidores. La Argentina, tiene mucho que aprender en la asignatura de interpretar los hábitos de consumo de los mercados internacionales y cuales son sus variables diferenciadoras que harán atractivo el producto ofrecido del resto de los países productores de vino.