jueves, 12 de julio de 2007

La preocupación por la calidad

Por Paula Vázquez Viera pvazquezviera@areadelvino.com

El crecimiento en la producción de nuevos alimentos, el aumento de empresas dedicadas a esta tarea y el incremento de las importaciones y exportaciones en los últimos años, presentan nuevos desafíos en la industria alimenticia y nuevas normas de calidad que aseguren la inocuidad de los mismos.
En Mendoza, son varias las bodegas que están trabajando con normas de calidad o están en proceso de aplicación. Pero todavía existen muchas que no avanzaron en el camino correcto para llegar con sus productos a los mercados internacionales. ArgentINTA, una organización que promueve actividades y proyectos que facilitan la adopción de nuevas tecnologías, considera que “el control de la inocuidad y calidad en alimentos, es un requisito fundamental para contribuir a mejorar la calidad de vida de la población”.
Esta política hacia la calidad, orientada especialmente a proteger la salud del consumidor, es una responsabilidad que han adquirido varios países. Por ejemplo, algunos importadores de Inglaterra piden la norma BRC a los alimentos que ingresan a su territorio y la Unión Europea exige para la importación la trazabilidad en los productos.
Silvana Zamora, de IRAM Mendoza, explica que “la ISO 22000 es una de las mejores para las bodegas, ya que está orientada justamente a la agricultura y su columna vertebral es la HACCP y la ISO 9000. Su validez es más importante”.Pero adquirir una de ellas no es sencillo, las empresas deben cumplir con una serie de estrictos requisitos y su validez es de sólo tres años.
Zamora detalla que para obtener la certificación, “IRAM debe realizar primero una pre-auditoria, en donde se determina si reúne las condiciones que exige la norma. Luego se lleva a cabo una segunda auditoria con la que se obtiene la certificación y periódicamente se realizan las auditorias semestrales o anuales, dependiendo de las actividades de la empresa, para mantenerla”.
Qué usan las bodegas
Diana Dornheim, jefe Aseguramiento de Calidad de Finca La Celia, explica que “la bodega es la primera y única en Argentina en implementar un Sistema Integrado de Gestión, el cual consiste en la gestión conjunta de 4 normas: de la Calidad Total a través de la norma ISO 9001, de la Inocuidad de los Productos, certificada por la norma HACCP, del cuidado del Medio Ambiente gestionado bajo la norma ISO 14001 y de la Salud y Seguridad del personal de la empresa, regido por la norma OHSAS 18001. Actualmente, estamos trabajando en la migración de HACCP a ISO 22000, ésta última de alcance internacional”.
En tanto que Sergio Lucero, jefe de Gestión y Aseguramiento de Calidad de Norton, hace hincapié en las condiciones que debe reunir la bodega, ya que está certificada por Bureau Veritas (BVQI) bajo el estándar ISO 9001/2000, ISO 22.000/2005 y HACCP. “El primer requisito -afirma Lucero- es la firme decisión de la dirección de enfocar su política hacia la excelencia, a partir de allí se desprenden estrategias, objetivos y metas para todos y cada unos de los integrantes, por ello involucrar a cada sector resulta imprescindible a la hora de obtener el compromiso necesario para lograr dichas certificaciones”.
Por su parte, Celia Rodríguez, del área de Gestión de Calidad de Bodegas López, explica que “el sistema está implementado en todos los sectores de la bodega, desde la plantación de las viñas, producción de frutos, elaboración, fraccionamiento, comercialización, distribución y exportación”. Por lo tanto, sostiene que las ventajas son más que nada internas, porque ayudan en el análisis, en el proceso y en el control de calidad de la producción. “Resulta un valor agregado para nuestra bodega, ya que todos aquellos que nos visitan pueden comprobar la higiene y seguridad del personal”.
A su vez, Alejandro Roca, presidente de Bodega Roca y que también posee la ISO 9001, expresa que “el uso de normas por parte de las bodegas no es producto de los mercados, sino de las empresas mismas que buscan mejorar la calidad de sus vinos”.“Básicamente tiene más valor la norma dentro de la bodega, ya que se capacita al personal para que preste un mejor servicio, se aumenta la agilidad y se mejora la organización interna.
Externamente, el beneficio tiene que ver con la confianza que se genera en los distribuidores e importadores a través de la norma”, detalla Alejandro Roca.“A nivel comercial, estas normas son una importante ventaja, ya que muchos mercados destino priorizan y exigen proveedores que trabajen bajo normas de gestión certificadas. Y otra diferencia está en saber que uno es parte de una empresa que elige gestionar la calidad y la inocuidad de sus productos, la protección de sus trabajadores y del medio ambiente”, comenta la licenciada Dornheim.Los beneficios son varios, pero vale destacar que el mayor de ellos es que con estas normas se pueden prevenir enfermedades transmitidas por los alimentos.
Costos
Para determinar cuanto le sale a una bodega adquirir estas certificaciones es necesario especificar el tamaño de la empresa y la cantidad de actividades que desarrolla.Una pequeña bodega debe calcular entre $5.500 y $6.000 para las auditorias (un día de inspección cuesta $1600). A esto además, se le debe sumar las adaptaciones internas que ella debe hacer para conseguir la certificación, como capacitación del personal, equipamiento tecnológico, higiene y seguridad.
Diana Dornheim sostiene que en el caso de Finca La Celia “el costo es por la certificación de cada una de las normas (para una empresa como la nuestra, aproximadamente $8.000 más el costo del certificado), y luego por cada auditoría de vigilancia. Nosotros, al auditarse de manera integrada 4 normas, logramos una reducción de los costos del mantenimiento de las certificaciones”.

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